¿Cómo podemos clasificar los taludes y las laderas? Comencemos diciendo que las laderas no se clasifican en subgrupos. Lo que sí es importante considerar, es que las laderas tienen la particularidad de que pueden ser estables a lo largo de muchos años, y luego fallar de manera repentina debido a cambios (a veces no muy significativos) de la topografía, el flujo de agua, factores que afectan procesos erosivos naturales, y estado de esfuerzos por sobrecargas, generados por factores no naturales (actividad humana). Las laderas pueden también fallar debido a la acción de sismos, caso habitual en sectores del planeta donde existen fallas geológicas activas.
Adicionalmente, en las laderas es posible observar evidencias de movimientos antiguos, frecuentemente causadas por deslizamientos antiguos o actividad tectónica. Estos procesos geológicos de larga data deben ser identificados al momento del proyecto, a fin de evitar problemas de estabilidad durante la vida de la estructura.
Por otro lado, los taludes pueden ser agrupados en tres categorías principales:
- Terraplenes. Los taludes de relleno compactado pueden encontrarse en obras de tierra, tales como terraplenes para carreteras y ferrocarriles, zonas de relleno en terrenos a media ladera, presas de tierra y diques.
Los terraplenes tienen la particularidad de que los mismos son construidos empleando material controlado. Debido a ello, son diseñados empleando parámetros de resistencia al corte obtenidos en laboratorio a partir de ensayos sobre los materiales de préstamo preparados a la densidad de diseño.
Los análisis de estabilidad se realizan considerando todas las fases: 1) diferentes etapas de construcción; 2) al final de la construcción; 3) en la condición a largo plazo; 4) considerando flujo de agua y sismos.
- Taludes de corte. El principal objetivo de analizar taludes de corte, es determinar la altura e inclinación para la cual el talud será estable durante cierto tiempo, considerando las mejores condiciones económicas.
En general, el diseño está influido por las condiciones geológicas, el material in situ, las presiones de agua, los métodos constructivos, y la potencial ocurrencia de fenómenos naturales, tales como altas precipitaciones, flujo, erosión, congelamiento y sismos.
Los análisis de estabilidad de taludes de corte, deben considerar la pérdida de resistencia al corte del material con el tiempo, así como la gran variabilidad y condiciones geológicas que pudieran presentar las capas de suelo y/o roca. También deben considerar variaciones en las condiciones de flujo del talud, a fin de prever problemas de estabilidad a largo plazo.
- Muros de sostenimiento. Las estructuras de retención son construidas frecuentemente para soportar masas de tierra estables o inestables, siendo las más comunes: 1) muros de gravedad; 2) muros anclados y claveteados; 3) muros de pilotes; 4) taludes estabilizados empleando geosintéticos.
Las estructuras de retención se emplean para sostener taludes de corte, o taludes que presentan tanto corte como material de relleno, asegurar la estabilidad de estructuras cercanas a un talud, y en estribos de puentes, entre otros casos. El diseño de las estructuras de retención requiere tres (3) consideraciones importantes: A) analizar la estabilidad externa del suelo detrás y debajo de la estructura; B) analizar la estabilidad interna del relleno o material soportado por la estructura; C) analizar la resistencia estructural de todos los elementos de la estructura.
La Figura 3 presenta de manera esquemática la información mencionada arriba.