Uno de los aspectos fundamentales en cualquier laboratorio (no solo en el de Mecánica de Suelos), es el registro de la data. Esta premisa puede resultar obvia, y quizá risible para algún laboratorista que lea este post. Sin embargo, es un punto que considero importante tratar, sobre todo por las implicaciones económicas y técnicas que tiene un tratamiento inadecuado de la data.
Comenzaré con el aspecto económico. En general, la obtención de las muestras para realizar ensayos de laboratorio es un proceso complicado y, además, costoso. Aún cuando un estudio geotécnico rutinario no tiene mayor incidencia en los costos globales de un proyecto, sí que lo tiene para la empresa que ejecuta el estudio. Pensemos en todas las actividades necesarias para tomar una muestra de suelo: traslado al sitio del equipo y personal, replanteo topográfico del sondeo, instalación del equipo de perforación en el punto, disponibilidad de agua para perforar, vehículo de apoyo, personal técnico (perforadores y supervisor), logística para el trabajo de campo (que puede incluir habitación para el personal, obtención de permisos de trabajo, disponibilidad de combustible para vehículos y equipos, alimentos para el personal, entre otras cosas)… A esto habría que agregar, por supuesto, las dificultades técnicas propias de la perforación y el proceso de obtención de una muestra de suelo ¿A dónde quiero llegar con esto? Pues a que es importante tener claro lo difícil y costoso que resulta obtener una muestra de suelo. Eso es lo primero que debemos asimilar.
El segundo aspecto importante a considerar es el técnico. Dadas las dificultades y el costo asociados a cada muestra que llega al laboratorio, es fundamental el orden y el cuidado en el tratamiento de las mismas y en la data obtenida de cada ensayo ¿Por qué? Pues por una razón muy sencilla: cierta muestra puede ser destinada, en la mayoría de los casos, a uno y solo un ensayo, lo cual implica que, si se extravía la data obtenida, podría no contarse con más muestras para repetir el ensayo y obtener la información requerida por el Ingeniero Geotécnico.
Todo esto desemboca en la necesidad de: 1) contar con planillas (preferiblemente en papel) para cada ensayo de laboratorio, donde claramente y de manera ordenada se anoten los datos asociados a cada ensayo. Esto implica, obviamente, que no se escribirán datos ni resultados en papeles o cuadernos que luego pudieran extraviarse; 2) contar con carpetas de archivos para cada proyecto que se encuentre en ejecución, debidamente ordenadas.