Como se observa en la fotografía, las varillas son desplazadas de la zona inferior de la zapata, y, al mismo tiempo, se elevan las varillas más superficiales, ubicadas a los lados de la fundación.
Este modelo resulta excelente para intuir cómo puede desarrollarse una falla en suelos granulares. Pero, ¿cuál es el comportamiento de las fundaciones superficiales sometidas a carga en suelos reales?
La Figura 2 puede ayudar a contestar esta pregunta. En ella se muestra una cimentación simple de poca profundidad, con una presión de apoyo q, una presión de apoyo neta qn y un asentamiento ρ. Si la cimentación es rígida (por ejemplo, de concreto armado), el asentamiento ρ será uniforme y la presión de apoyo variará a lo largo de la cimentación. Si, por el contrario, la fundación es flexible (por ejemplo, un terraplén de tierra), la presión de apoyo será uniforme, pero los asentamientos variarán. La parte (a) de la Figura 2 ilustra los valores medios de q y ρ para cada caso, mientras que la parte (b) muestra la relación entre la presión de apoyo neta qn y el asentamiento ρ. Tal como se observa en la Figura 2 (b), a medida que la presión de apoyo aumenta, los asentamientos comienzan a acelerarse, y en algún momento se puede decir que la cimentación ha fallado debido a la magnitud de estos asentamientos.