El volcamiento consiste en una rotación hacia delante de una o varias unidades de material, cuyo centro de giro se encuentra por debajo del centro de gravedad de la unidad. Este tipo de movimiento puede abarcar desde masas muy pequeñas hasta grandes volúmenes de varios millones de metros cúbicos.
El mecanismo de deslizamiento de una masa consiste en un desplazamiento de corte a lo largo de una o varias superficies, en el cual el movimiento suele ser progresivo (es decir, que se va generando en un proceso que se inicia en un punto y se va extendiendo). Los desplazamientos en masa pueden, a su vez, dividirse en deslizamientos rotacionales, traslacionales o planares, así como en deslizamientos compuestos de rotación y traslación. Esta diferenciación es sumamente importante, debido a que puede definir el sistema de análisis y el tipo de estabilización a emplearse.
Por otro lado, el creep es una falla que presenta un proceso más o menos continuo, y por lo general lento, de deslizamiento superficial ladera abajo. El creep suele afectar grandes áreas, por lo general con una velocidad del movimiento muy baja, del orden de unos pocos centímetros por año.
Finalmente, quisiera mencionar que en un flujo ocurren movimientos relativos de partículas de suelo y/o bloques pequeños, dentro de una masa que se mueve o desliza sobre una superficie. Normalmente las deformaciones internas son muy grandes, y se observa el flujo de material de manera similar a un líquido viscoso. El flujo, a su vez, puede ser laminar o turbulento, y puede transportar grandes bloques hacia la parte inferior.
Con esto podemos tener un panorama un poco más claro sobre lo que implica la falla de un talud o ladera, y de los diferentes aspectos que deben considerarse para su análisis.