El desarrollo y constante actualización de procedimientos y equipamiento de laboratorio a lo largo de los años, ha tenido como consecuencia una mayor comprensión de la naturaleza y el comportamiento probable de los suelos como materiales ingenieriles.
Así, algunas de las aplicaciones prácticas asociadas a la realización de ensayos de laboratorio que permiten caracterizar adecuadamente el suelo, son las siguientes:
- Reducción de la incertidumbre en el análisis de fundaciones y obras de tierra.
- Economía en el diseño, debido al empleo de factores de seguridad menores.
- Desarrollo de proyectos en sitios difíciles (terrenos altamente compresibles, potencialmente colapsables, expansivos, o licuables).
- Optimización de proyectos por el empleo de suelos como materiales de construcción (como por ejemplo, en presas de tierra o terraplenes).
- Control de calidad de movimientos de tierras.
Aún cuando existen normas locales en casi todos los países o regiones, la mayoría de los laboratorios alrededor del mundo realizan los ensayos siguiendo las normas publicadas por la American Society for Testing and Materials (ASTM) y por la American Association of State Highway and Transportation Officials (AASHTO).
En el caso de países de Europa Occidental, generalmente se sigue lo estipulado en el EUROCÓDIGO (el cual está basado, en el área de Geotecnia, mayoritariamente en las normas inglesas), mientras que en muchos de los países de Europa Oriental se observa en su normativa una fuerte influencia rusa. Sin embargo, huelga decir que estas normas no difieren significativamente de las normas americanas.
En todo caso, la realización de ensayos de laboratorio de calidad, y en la cantidad mínima necesaria para el proyecto que se desarrolle, permite alcanzar una mejor comprensión de las propiedades del terreno y, por ende, realizar diseños menos conservadores y controles de calidad adecuados, orientados a optimizar los costos asociados a fundaciones y obras geotécnicas de los proyectos.