En general, las partículas finas rellenan los espacios porosos entre las partículas de mayor tamaño, controlan la permeabilidad de los suelos, determinan si una determinada condición de carga es drenada o no drenada y aumentan la deformación elástica y la resistencia a la degradación de los suelos. Además, un porcentaje relativamente pequeño de finos puede formar contactos estables entre los granos gruesos, proporcionando resistencia y rigidez al suelo. El Sistema Uniforme de Clasificación de Suelos (SUCS) reconoce estas observaciones, separa claramente los finos de los suelos gruesos, capta la importancia de los finos en los suelos gruesos, e incluso aborda si esos finos son de alta o baja plasticidad (Santamarina et al, 2002).
Sin embargo, es importante señalar que la presencia de incluso una pequeña cantidad de minerales de arcilla (partículas cristalinas muy pequeñas, de menos de 0,002 mm de tamaño, muy activas electroquímicamente) puede afectar notablemente a las propiedades de ingeniería de la masa de suelo. A partir de numerosas investigaciones, se reconoció que a medida que aumenta la cantidad de arcilla, el comportamiento del suelo se rige cada vez más por las propiedades de la arcilla (Holtz et al, 2011; Mitchell, 1976; Monkul & Ozden, 2007). De esa forma, como complemento de la información proporcionada por la aplicación del SUCS, comprender el efecto de la presencia de minerales de arcilla es fundamental para entender el comportamiento del suelo.